Para mi la esencia de la relación psicoterapéutica, los tres pilares de mi modo de trabajar son el corazón, el alma y la ética.
El CORAZÓN de la psicoterapia integrativa es la implicación y la mirada incondicional positiva hacia nuestro cliente, con un interés genuino y al servicio de su bienestar y sanación ... en cada sesión y a lo largo de todo el proceso.
Entiendo como el ALMA de la psicoterapia la dimensión espiritual que honra la unicidad de cada ser humano, y su hermandad con la humanidad y con el universo (naturaleza). Y da un sentido y solidez al proceso de cambio.
Y la ÉTICA de la relación psicoterapéutica son todos los principios filosóficos de la psicoterapia integrativa, el respeto a los valores universales de cada ser humano y el código deontológico de nuestra profesión. Estos valores éticos enmarcan nuestra practica clínica, la convierten en una relación profesional al servicio del bienestar del cliente y dan protección al cliente y al psicoterapeuta.